Columna Diario Cambio: Reforma de la seguridad social. Ni desleales, ni obsecuentes.
El país se encuentra actualmente transitando un momento importante al pretender reformar el sistema previsional, lo cual sin dudas impactará en el futuro de los uruguayos. Los actores políticos y también el espectro económico coinciden desde hace años, en que debe reformarse el sistema jubilatorio, ya que el mismo ha tenido niveles de ineficiencia y pérdidas que provocaron su desfinanciación. Pero además, existe incertidumbre entre quienes inexorablemente van a ser pasivos en los próximos años. Más de una vez hemos escuchado decir “¿quién nos va a pagar a nosotros, los activos de hoy?” y esta duda tiene que ver con la realidad de nuestro país notoriamente envejecido, con problemas de natalidad, con zonas con decrecimiento de la actividad económica y con miles de uruguayos que al no tener trabajo no aportan al sistema.
Es así que la reforma se hace necesaria, pero, siempre hay un “pero”, esta reforma debe tener los mayores consensos de base para que la misma cumpla los objetivos de estabilizar el sistema, dar garantías a los aportantes y certeza jurídica tanto para pasivos como para activos. Por lo que es necesario discutir, escuchar y modificar; es imperioso que esta ley sea un buen producto legislativo que redunde en sanear el sistema previsional y generar las mejores condiciones para los obligados y beneficiarios que al final del día seremos todos los uruguayos.
Durante los 15 años en los que gobernó el Frente Amplio hablaron de reformar el régimen previsional y no lo hicieron, rehuyeron a lo que era su responsabilidad, y eso es algo que debe recordarse. Por su lado este gobierno puso el tema sobre la mesa y trabajó, la Cámara de Senadores hizo lo propio hasta darle media sanción, pero con varias advertencias sobre puntos cruciales que deben ser mejorados y se dijo con claridad que el análisis de los mismos se haría en la Cámara baja. Es en esta instancia, que surge nuevamente el rol protagónico que vino a cumplir Cabildo Abierto en el escenario político y que molesta a sus propios socios de la coalición.
¿Y porque molesta la postura del Cabildo? A mi modesto entender, el Poder Ejecutivo pretende tener socios que digan a todo que sí, como lo viene haciendo lamentablemente el partido colorado. Socios que con el slogan de “estamos comprometidos” o del “vamo arriba” simplemente dejan pasar lo que sea… Pero ese no es el rol de quienes fueron elegidos para legislar. Los legisladores deben, hasta el último momento, trabajar para obtener las mejores leyes para la población, y la existencia del “compromiso país” no significa decir a todo “amén”. Respecto a la reforma lo único que dice el compromiso país es: “Iniciar un proceso que conduzca a una reforma de la seguridad social con sólida base técnica y amplio apoyo político, con el fin de lograr un sistema previsional moderno, financieramente sostenible y menos dependiente de los tiempos políticos, que vele especialmente por los pasivos con mayores niveles de vulnerabilidad”. No habla este compromiso por ejemplo de permitir la inversión de las AFAPs (o sea del ahorro de los uruguayos) en el exterior, como consagra la reforma. Ni se establece en el “compromiso país” que se cambiará la forma de cálculo de los haberes jubilatorios, a modo de ejemplo de lo que hoy se da por sentado que se debe votar.
Ni el compromiso país es un cheque en blanco, ni se trata de un tema de lealtades, deslealtades o en algún caso de obsecuentes. El punto es, que para hacer una reforma del sistema jubilatorio, que afecta a todos los gobiernos futuros y a todos los ciudadanos, hay que estar a la altura de las circunstancias y lograr los mejores resultados.
Debería pensarse la reforma jubilatoria como un proceso de cambio, por su gran envergadura y no como una imposición sin evaluación de daños y para que ello suceda se necesita tiempo, discusión análisis sin soberbias y priorizar el interés de los ciudadanos, por encima de otros intereses corporativos que pudieran existir.