Diario Cambio: ¿Estamos hiperconectados?

Publicado por Dra. Cecilia Eguiluz en

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Cecilia Eguiluz

Columna Especial para Diario Cambio
Jueves 9 de Enero de 2025.

En la época actual, los dispositivos electrónicos se han convertido en una extensión de nuestra vida diaria. Desde los niños pequeños hasta los adultos mayores, es raro encontrar a alguien que no interactúe constantemente con una pantalla. Si bien estos avances tecnológicos han transformado nuestras formas de comunicación, aprendizaje y entretenimiento, también están cambiando los vínculos sociales y las formas de comunicación interpersonal. Y me refiero a cambios, sin valorarlos como malos o buenos, sino a las diferencias notorias de la actualidad en la que vivimos respecto a un par de décadas anteriores.

¿Qué costo tiene la hiperconexión?
¿Qué costo tiene la hiperconexión?

He leído algunos análisis sobre el impacto que el uso excesivo de aparatos electrónicos puede tener en las nuevas generaciones, como el sedentarismo, las limitaciones para la interacción social cara a cara, el trastorno del sueño, el reemplazo de actividades enriquecedoras como la lectura, el deporte o simplemente pasar tiempo al aire libre.

Por supuesto que no es mi intención desconocer que estas herramientas ofrecen también beneficios educativos, por lo que, reitero, no pretendo juzgar si es bueno o malo, sino hacer hincapié en el exceso, en el abuso, a eso que los expertos denominan hiperconexión.

Es justo decir que este fenómeno no se limita únicamente a los más jóvenes. Los adultos también nos hemos visto seducidos por los aparatos y medios digitales. Y  justamente mi reflexión de hoy apunta hacia ahí, porque a veces es muy fácil ver el problema en los demás o en otras generaciones y muy difícil darnos cuenta que somos nosotros mismos los que hemos facilitado esta nueva realidad. Es innegable que entre el trabajo remoto, las series de televisión y la revisión constante de redes sociales, muchos hemos perdido el equilibrio entre lo que hacemos por necesidad y lo que hacemos por hiperconexión.

Al final, las consecuencias son tangibles, aumento del estrés, disminución de la actividad física y una desconexión de las actividades que fomentan el bienestar integral y social.

Hoy quería hablarles sobre eso, creo que es bueno que pongamos este asunto en la agenda del 2025 para que generemos conciencia sobre este tema, si es que estamos hiperconectados y si eso nos hace bien o, por el contrario, nos perjudica. No se trata de demonizar la tecnología, sino de encontrar un equilibrio saludable y seguramente para lograr este cambio, es fundamental que tanto las familias como las instituciones tomemos conciencia y luego tomemos cartas en el asunto, el futuro está en nuestras manos.

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