“Lo que se previene no se mide”
En nuestro país cada tres días fallece una mujer por cáncer de cuello de útero, se realizan unos 350 diagnósticos por año, o sea que podríamos decir que cada día una uruguaya recibe el diagnóstico de esta triste enfermedad.
Desde hace poco más de 10 años los descubrimientos científicos han permitido crear vacunas tendientes a la prevención de este cáncer, que es una de las mayores causas de muerte entre las mujeres uruguayas. Hoy, contamos con la posibilidad de prevenir, de evitar esta enfermedad y sus resultados no deseados a través de la inmunización, vacunando contra el Virus del Papiloma Humano.
El Ministerio de Salud Pública cuenta con ésta vacuna la cual después de muchos esfuerzos se logró importar y otorgar en forma gratuita. La Comisión de Lucha contra el Cáncer, las organizaciones sociales vinculadas, los médicos, la Organización Mundial de la Salud y el sistema político, entre otros, han sido decisivos para que hoy esto sea posible.
Las campañas de salud y las medidas legislativas tendientes a la promoción de acciones de detección y diagnóstico precoz, tanto de este tipo de afección como en el cáncer de mamas son imprescindibles, por lo que deben continuar, reforzarse y ser apoyadas por todos.
Por suerte las niñas de hoy y mujeres uruguayas del futuro tienen una gran ventaja que las hará más sanas y fuertes, tienen la posibilidad de no contraer cáncer a través de la vacuna que hoy es “recomendada” pero no obligatoria.
Nuestro país ha avanzado en este sentido y estamos convencidas que hoy está en condiciones de dar el paso hacia la obligatoriedad de este mecanismo de prevención. Por esto, el pasado 8 de marzo presentamos un Proyecto de Ley para hacer obligatoria la vacuna contra el HPV en niñas de 12 años (edad en la cual también se hacen obligatorias otras vacunas).
Sabemos que existe un lote de 40.000 vacunas que vence este próximo 8 de abril, ojalá no quede ninguna de ellas vencidas y todas sean utilizadas por nuestras niñas. Para ello es fundamental la información a toda la población para que ninguna niña de 10 a 13 años quede sin ser vacunada. Hay que incremente la difusión y promoción de la Vacunación en las niñas para Prevenir la enfermedad, hasta tanto la misma no se haga obligatoria.
Darle carácter obligatorio, obviamente, tiende a bajar a futuro la cifra de mujeres que padecerán y/o fallezcan por esta enfermedad; lo que se previene no se mide.
También es imprescindible seguir de cerca y exigir la instrumentación necesaria para que cada rincón del país cuente con las dosis de manera de achicar la brecha de desigualdad y permitir que todas las niñas tengan acceso.
Una niña que se vacune hoy, será una mujer protegida frente a la aparición del cáncer de cuello de útero mañana. Entre todos podemos ayudar a salvar vidas.
Publicado en Diario Cambio el 18 de marzo de 2016